Cristo muerto adorado por ángeles

Cristo muerto adorado por ángeles

Juan Antonio de Frías Escalante (Córdoba, 1633 - Madrid, 1669)

Obra importante en la producción del pintor cordobés Frías Escalante, quien trabajó en Madrid al lado de Francisco Rizi (1614-1685) asimilando las novedades italianas y flamencas de las colecciones reales. El tratadista y biógrafo Palomino cita su pericia como dibujante y la admiración que el artista profesaba por los venecianos, especialmente dirigida hacia Tintoretto y Veronés.

Esta bella composición de colorido de tradición veneciana presenta también una fuerte impronta vandyckiana en la disposición en diagonal de Cristo difunto, desplazado a un segundo plano, con foco de luz, resaltando la anatomía del cuerpo que reposa sobre el paño blanco. De hecho, la pintura se tenía por obra de Van Dyck, y fue incorporada al catálogo de Escalante por Matías Díaz Padrón. El modelo de Cristo con la cabeza girada hacia un lado y las piernas ligeramente flexionadas será repetido en posición invertida en el Cristo muerto que guarda el Museo del Prado, firmado por Escalante en 1663.

Algunos ángeles, la calavera y los instrumentos del martirio están distribuidos sabiamente a contraluz, recurso veneciano que valora la presencia del cuerpo de Jesús, en el que se posan las miradas de los personajes que lo rodean. Un ángel mancebo, con el manto rojo flotante en el aire, besa su mano izquierda con devoción profunda. Otro, a sus pies, sostiene un clavo y le mira con amorosa entrega. En primer término se advierte la parte superior de la cruz, una calavera y una jofaina. Un ángel niño, arrodillado en gesto de adoración, cierra la composición por la izquierda y arriba, a la derecha, otros dos angelitos portan la corona de espinas.

El modo en que se difuminan los contornos, el modelado de los cabellos, y la pincelada larga y ligera son característicos de su producción.

La obra, que aparece firmada en el travesaño de la cruz haciendo uso del apellido materno, como en la mayoría de sus cuadros según costumbre frecuente en la Córdoba de aquel tiempo, procede del convento madrileño de Santa Isabel, pues allí se hallaba a comienzos del siglo XX. Tras la guerra civil española sería vendido, pasando a manos de particulares hasta 1998 en que la Generalitat lo adquiere para el Museo de Bellas Artes de València.

Inscripciones: «J.A. Escalante» (Firmado. Sobre el travesaño de la cruz, caligrafía incisa en la pintura)