Con esta exposición se quiere rendir un homenaje doble al escultor Mariano Benlliure Gil: por una parte como celebración del 150 aniversario del nacimiento del artista —una efemérides que es de obligado y grato cumplimiento— y, de otra, la inauguración de una Sala Benlliure, a semejanza de la dedicada a Joaquín Sorolla, donde se recoge una selección de las principales obras del escultor.

La recopilación de piezas ha venido determinada por la variedad de materiales con el fin de mostrar al público la gran variedad que custodia el Museo de Bellas Artes de Valencia: yesos, terracotas, bronces, mármoles y cerámica vidriada.

Mariano Benlliure nació en Valencia en 1862 y su vida siempre estuvo vinculada al mundo del arte. Su formación con el pintor Francisco Domingo Marqués, con el que coincidió más tarde en Roma y en París, le permitió trasladar el realismo pictórico al mundo de la escultura. Su proyección nacional e internacional se produjo con su triunfo en la Exposición Universal de París de 1900, donde obtuvo el Premio de Honor en escultura, la misma distinción conseguida por su coetáneo Joaquín Sorolla en pintura.

Por su taller de la calle Abascal de Madrid pasaron gran parte de la sociedad madrileña a la que retrató: nobles, artistas e incluso la realeza, como nos demuestran los diferentes retratos del rey Alfonso XIII y de la reina Victoria Eugenia a caballo.

La gran colección de obras de Mariano Benlliure que atesora el Museo de Bellas Artes de Valencia se debe en gran parte a su inmensa generosidad, puesto que la mayoría de las piezas seleccionadas forman parte de la gran donación que hizo en 1940.