El Museo de Bellas Artes de Valencia exhibe al público, por vez primera tras su restauración, cuatro obras inéditas del pintor valenciano Evaristo Muñoz (Valencia, 1684-1737) que recogen diversos pasajes de la infancia de Cristo: Natividad, Adoración de los Reyes Magos, Descanso en la huida a Egipto y Sagrada Familia en el taller del carpintero.

Estos cuatro lienzos compañeros, que ingresaron en el Museo con la desamortización, proceden del monasterio jerónimo de San Miguel de los Reyes, según anotación del inventario manuscrito del Museo de 1847, que se refiere a ellos como "copias de Jordán". Es probable que formaran parte de la decoración de una misma capilla por sus características y medidas.

La referencia a estas obras como copias de Jordán ―realizada por los académicos encargados de redactar el inventario de las obras desamortizadas― se explica por la fuerte impronta que dejó el pintor italiano Luca Giordano en el panorama pictórico español de fines del siglo XVII y principios del XVIII durante su prolongada estancia en la corte madrileña de Carlos II, donde acometió múltiples encargos.

Una vez estudiados estos cuatro lienzos, que comparten un mismo estilo claramente personalizado e identificados con los asientos 72, 75, 76 y 78 del inventario del Museo de 1847, señalamos aquí que se tratan de obras autógrafas de Evaristo Muñoz, ya que presentan las mismas características cromáticas y de estilo que el lienzo recientemente restaurado de Santo Tomás de Aquino invitado a la mesa de San Luis rey de Francia, firmado y fechado por Muñoz en 1729. Esta pintura formó pareja con otra similar de la Aparición de Santo Tomás de Aquino y San Agustín al beato Reginaldo de Orleans, también conservada desde la desamortización en el Museo de Bellas Artes de Valencia. Estas dos obras de gran formato e inventiva fueron realizadas por Evaristo Muñoz para la decoración de la capilla de Santo Tomás de Aquino del convento de Santo Domingo de Valencia y son piezas claves para conocer el estilo del pintor junto a la Aparición de San Pedro y San Pablo a Santo Domingo de Guzmán (depositado por el Museo en el convento de Santo Domingo de Valencia) y otras dos pinturas de la capilla de San Juan Nepomuceno de la antigua parroquia de San Andrés de Valencia (Banquete de Wenceslao de Luxemburgo y Martirio de San Juan Nepomuceno).

Orellana, en la semblanza biográfica que dedicó a Evaristo Muñoz, señaló que fue discípulo de Juan Conchillos y que tuvo abierta una Academia de Dibujo protegida por don Luis Regio y Branciforte, príncipe de Campoflorido y capitán general del Reino de Valencia desde 1723.

La incorporación de estos cuatro lienzos del Museo de Bellas Artes de Valencia al corpus pictórico de Evaristo Muñoz amplia el escaso número de obras seguras e identificadas del pintor valenciano, y permite valorar mejor su aportación pictórica ―efectista, cargada de teatralidad, juegos lumínicos y de perspectiva― al barroco final en Valencia, a poca distancia de los aires renovadores de la pintura académica de la segunda mitad del siglo XVIII.