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La jeune fille latine

La jeune fille latine

La jeune fille latine

Marthe Spitzer (París, 1877-1956)

La fama del arte español del Siglo de Oro permitió que, desde principios del siglo XX, algunos artistas europeos y americanos viajaran a España para aprender de los grandes maestros de la pintura barroca o de la dramática imaginería castellana, pero también de la renovación vanguardista que se respiraba en las primeras décadas del siglo XX. En este contexto se sitúan la artista danesa Eva Aggerholm (1879-1959), la chilena Laura Rodig (1901-1972) y la francesa Marthe Spitzer (1877-1956).

Spitzer, con una obra muy cercana a la estética de Bourdelle, Bernard y Maillol, renovadores de la escultura europea de vanguardia, expuso cinco bustos en bronce en el salón Lacoste de Madrid en 1917. Aquí se alternaron retratos como el del poeta Juan Pedro Altermann con imágenes «castizas» que representan, a la manera de Julio Antonio, rasgos populares que trascienden el costumbrismo finisecular. Es el caso de las obras Musa latina, Bailarina rusa y Muchacha oriental, o el que aquí nos ocupa, La jeune fille latine.

La crítica de la época, aun siendo positiva, analizó la obra de Marthe Spitzer desde una óptica heteropatriarcal que necesitaba establecer categorías estéticas diferenciadas para lo masculino y lo femenino. Así, el brío y el vigor se consideraron propios del hombre, mientras que la sobriedad, la delicadeza y la emotividad fueron adscritas a la mujer. Nada más lejos de la realidad. El arte de Marthe Spitzer resultó brillante desde cualquier óptica, pues solo así se explica que el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes adquiriera esta pieza para el Museo de Bellas Artes de València.

 

Inscripciones: «Marthe Spitzer» (Firmado. Parte inferior derecha del cuello)

Datación:

1917

Técnica:

Fundido. Bronce

Dimensiones:

29 x 16 x 22 cm

Número de inventario:

1245

Procedencia:

Adquisición del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes (1918)