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Las mujeres artistas ya tienen espacio propio en el Museo de Bellas Artes de València

Las mujeres artistas ya tienen espacio propio en el Museo de Bellas Artes de València

Las mujeres artistas ya tienen espacio propio en el Museo de Bellas Artes de València

València (01.03.2022). El Museo de Bellas Artes de València ha abierto una sala con obras de arte, pintura y esculturas, realizadas por mujeres para reivindicar el talento femenino que durante siglos ha sido ocultado.

En la nueva sala que desde hoy se puede visitar, situada en la segunda planta del Edificio Pérez Castiel, se exponen obras de las artistas María Sorolla, Elena Carabia, Emilia Torrente, Manuela Ballester, Rosario de Velasco, Marthe Spitzer y Adrienne Guillou, además de un retrato de María Sorolla realizado por su marido, Francisco Pons Arnau, un busto en yeso de María modelado por Mariano Benlliure, dos bustos retratos de Emilia Torrente, en yeso y en bronce respectivamente, realizados también por Benlliure, y dos pinturas de José Mongrell que representan a Elena Carabia.

Las mujeres han sido apartadas históricamente de la actividad intelectual y profesional del arte. El bloqueo de la mujer a la educación artística comenzó a resquebrajarse en el siglo XVIII gracias a la proliferación de las Academias, aunque fueron consideradas durante mucho tiempo artistas de afición. En España la situación de las mujeres y las artes durante los inicios del mundo contemporáneo fue, si cabe, más dura, y no fue hasta bien avanzado el siglo XX cuando fueron valoradas mujeres de la talla de Rosario de Velasco o Manuela Ballester, de la cuales se muestra obra en la sala.

En concreto, de María Sorolla (1889-1956) se expone la Chula (esta obra se reubica porque siempre ha estado expuesta al público en el centro desde que fue donada en 1957); de Rosario de Velasco (1904-1991) se exhibe La matanza de los inocentes, pintura realizada en 1936 en la que la artista utilizó una temática religiosa para elaborar una obra de claro contenido político; y de Manuela Ballester (1908-1994) dos óleos, un Autorretrato y el Retrato de Josep Renau, procedentes de la colección de la Academia de San Carlos.

De Elena Carabia (1880-1897), Un banco del parque y Paisaje, las dos únicas pinturas autógrafas de la artista que han llegado hasta nuestros días; de Emilia Torrente (1903-1987) se presenta un Retrato de mujer, escultura en yeso patinado recientemente donada al Museo de Bellas Artes; de Marthe Spitzer (1877-1956), La jeune fille latine, bronce adquirido en 1918 por el entonces llamado Ministerio de Instrucción Pública; y de Adrienne Guillou, artista francesa activa hacia 1880-1890, se exhibe París, vista desde Suresnes, pintura procedente de la donación Orts Bosch.

Excepto la Chula de María Sorolla, el resto de obras estaban depositadas en los almacenes del Museo. Por ello han tenido que ser revisadas y algunas de ellas restauradas, como los dos bustos de Mariano Benlliure que retratan a Emilia Torrente o el yeso de esta misma escultora donado al Museo. Se continúa, de esta manera, con una de las líneas de actuación de la actual dirección centrada en la recuperación de los fondos propios para poder ser expuestos en la colección estable y, de este modo, ser puestos a disposición del público. El objetivo del Museo, siempre que ha sido posible, es mostrar la obra de estas pioneras de las artes en España pero también recuperar su imagen, sus rostros, para que no caigan en el olvido.

La Secretaria Autonómica de Cultura y Deporte, Raquel Tamarit, ha afirmado que «es una obligación para las instituciones públicas valencianas seguir visibilizando la producción artística de tantas mujeres, así como recuperar su mirada para completar la verdadera historia del arte».

Por su parte, el director del Museo de Bellas Artes, Pablo González Tornel, ha destacado que «la creación de una sala dedicada a las mujeres artistas de los siglos XIX y XX era una obligación del Museo hacia el talento creador de las mujeres».

En este sentido, ha subrayado que «la recuperación de las figuras de María Sorolla o Emilia Torrente permite reclamar el importantísimo papel que las mujeres artistas tuvieron en la renovación de las artes en la España de entresiglos». Y ha querido precisar que «artistas como Rosario de Velasco o Manuela Ballester son fundamentales para entender la nueva cultura figurativa surgida en la posguerra y completan el Museo creando un discurso mucho más polifónico».