Juicio Final con san Miguel

Juicio Final con san Miguel

Maestro de Artés (Pere Cabanes?) (Documentado en València entre 1472 y 1538)

Este retablo, que presidió la capilla del arcángel san Miguel en la cartuja de Porta Coeli, es un ejemplo significativo de los numerosos testimonios con el tema del Juicio Final en la pintura valenciana de fines del siglo XV y principios del XVI. La Deesis en lo alto y san Miguel pesando las almas entre grupos de bienaventurados y condenados cobró notable vuelo en València en esta época.

En alto, aparece Cristo juez en el interior de una mandorla con ángeles y teniendo como escabel de sus pies al mundo, flanqueado por la Virgen María y san Juan Bautista en primer plano, y a sus pies un ángel que muestra con su filacteria la invitación a los benditos de ir al Padre, «Venite benedicti Patris mei, pos[sid]ete paratum vobis regnum a constitutione mundi», y la maldición de compartir con el diablo las penas del infierno, «O discedite a me maledicti in ignem eternum, qui paratus est diabolo, et angelis eius», tal y como lo encontramos en el evangelio de san Mateo (25, 34 y 41).

Rodea a la Deesis una multitud de personajes, tanto del Antiguo Testamento, a la derecha, como Adán, Eva, Moisés, David, Abraham y Sara, como del Nuevo Testamento, a la izquierda, representado por los apóstoles Pedro y Juan, y santos como María Magdalena, Bárbara, Isabel de Hungría, Clara, Esteban o Vicente, entre otros.

En el plano inferior, el arcángel san Miguel, que empuña una lanza con gallardete y rematada por una cruz, divide a los elegidos y a los condenados, entre los que se encuentra Judas ahorcado vestido con ropón amarillo. Estos últimos van dirigiéndose hacia la puerta del infierno, donde les esperan los diablos amonestándolos con una filacteria donde se lee en valenciano «Oyu maleyts al redemtor, qe a manat per vostre error, pux no u temut sos manaments, vení dons als greus turments». Al otro lado de san Miguel aparecen los benditos, con vestiduras blancas que les imponen los ángeles. Una figura femenina es revestida por un ángel como la nueva Eva y contempla la figura de un hombre desnudo que se acerca hacia ella como el nuevo Adán.