Exposiciones pasadas

Goya - Barjola. Tauromaquias. Obra gráfica

Goya - Barjola. Tauromaquias. Obra gráfica

Goya - Barjola. Tauromaquias. Obra gráfica

El Museo de Bellas Artes de Valencia acoge en esta ocasión una muestra dual de dos artistas, Francisco de Goya (1746-1828) y Juan Barjola (1919-2004), separados por más de un sigloe pero unidos por una temática común: el mundo de los toros.

De Goya, de genio altivo, de diestro y vigoroso pincel, de insólita modernidad, en el que en su obra residía la revolución del arte, autor de tapices seductores, de retratos, a veces crueles y a veces exquisitos, de la insinuación erótica de «Las Majas», de los frescos de San Antonio, el de la sátira de sus grabados, o el de la negrura de su Quinta del Sordo, tienen un lugar preeminente sus cuatro series grabadas, entre ellas la Tauromaquia.

De estos grabados se han hecho ocho ediciones. La que aquí se expone es la quinta (1921) editada por el Círculo de Bellas Artes (Madrid), debida a Francisco Esteve Botey, que consiguió comprar, en París, los cobres originales, hoy depositados en la Calcografía Nacional. Siguió a la edición de Loizolet que añadió a las 33 láminas de la 1ª edición realizada por Goya, las 7 (A-G) que el pintor había rechazado por defectuosas.

Goya encontró en el grabado la forma de expresión libre de las ataduras del encargo para dar salida a su portentosa imaginación y observación. Escogió el aguafuerte por estar más relacionado con los aspectos gráficos del dibujo y sólo los grandes dibujantes son capaces de adaptarse al uso de la punta de grabar. El formato apaisado (24 x 35 cm) le permitió resaltar las suertes del toreo en las que el bravo animal y el hombre participan en una especie de baile de la muerte. En esta serie Goya alcanzó la cima de su arte como grabador.

La fuerza y crudeza del drama grabado ha llevado a plantearse el tema del antitaurismo del pintor. En efecto, parece exaltar ardorosamente la bravura del toro, su fuerza, su codicia y, aunque despierta el valor temerario del hombre, a la vez pone en evidencia su cobardía.

Goya toma partido por el toro, como él mismo diría, refleja los momentos justicieros de la impetuosa bestia, que se agita como una fuerza de la naturaleza, gran motor en continuo movimiento o expectativa. En esta obra reflejó los valores impresionistas de su sensibilidad.

Francisco Umbral dijo de Juan Barjola que «era un Goya sublimado por Picasso». Es el pintor más representativo del expresionismo español del s. XX. Su ingente obra transmite fuerza y constituye un aldabonazo a la moral pública y privada. El tema taurino lo expresó en óleos, grabados, serigrafías, litografías, tintas y dibujos.

De la obra de Barjola se exhiben en esta muestra:

• Las veinte litografías de la Tauromaquia (1970), estampada por Casariego, tienen el color caliente, el aire sudoroso, polvoriento e inevitablemente trágico de las corridas. Rosas ácidos, verdi-negros, tostados, cárdenos y amarillos lívidos. Contrastes de claros y oscuros no por efectos lumínicos sino por su específica significación. Joaquín de la Puente llega a decir sobre esta obra: Es más que definitivo y tremendo el zarpazo de la garra pictórica de este silencioso extremeño que muestra drama tras drama en grandes lienzos y en una muy española tauromaquia –litografiada– a sumar a las de Goya y Picasso. A yuxtaponer a la vera de éstos, precisamente porque no se les parece. Precisamente, por su inconfundible dicción dentro de la estirpe que a los tres corresponde.

• Los diez grabados Tauromaquia. Mortal 1936, (1991) estampados por Víctor Galán. Presentan un grafismo terrible, agitado, planos que se dislocan. Todo reducido al blanco y negro con los matices de la difícil gama de los grises, que traslucen el drama, la angustia, la tragedia y el frenético movimiento de las figuras. La línea nace pura, después se quiebra, zigzaguea, penetrando en el alma del tema. Los versos que acompañan la obra son de Gamoneda.

Barjola interiorizó a Goya. Goya como es un hombre poderoso lo tiene todo, la extroversión y por eso abarca desde el expresionismo al surrealismo, el simbolismo…

A partir de 1969 la influencia de Goya, confesada por el propio artista, es patente, no sólo temáticamente, sino que afecta propiamente a la factura pictórica. Domina la curva, complejos arabescos que acaban imprimiendo un ritmo trepidante a la composición. En estas Tauromaquias, toreros y cuadrillas parecen danzar alrededor del caballo y el toro. Su técnica fue más libre, más goyesca.

Goya le enseñó la espontaneidad, la expansiva expresión de la vida. Ambos, Goya-Barjola, recurrieron a la categoría estética de lo patético.

Fechas: 8 julio - 7 septiembre 2014
Lugar: Sala Joanes d'exposicions temporals
Comisario: Luis Rubio Gil (catedrático de la Universidad Complutense de Madrid)
Producida por: Museo de Bellas Artes de Valencia y Consorcio Cultural Goya-Fuendetodos